23.4.07

Buen viaje lleves, como descanso dejas.

Llevaba años esperando este examen. Era demasiado golosito. Hacía años que no salía ninguno, por lo que me decidía a empezar a estudiar por "si acaso". Lo tenía todo preparadito. No era constante, pero he tenido años para darle un garbeo a los apuntes. Las letras ya empezaron a esfumarse, y mi vista ya no es lo que era. Me he quedado en casa estudiando en vez de salir a tomerme un café. Si no he salido un sábado, me quedaba estudiando en vez de ver tele para no pensar. Si he salido, me he acordado de que debería estar estudiando. Se me han muerto todas las neuronas de la cabeza, excepto la que hace que escriba en el blog.

Ayer fue el examen.

¿¿¿¿¿Se puede saber qué mierda de examen pusieron??????

Allí estábamos laUrsu, San Isidoro (santo varón) y Anacleta, dispuestos a enfrentarnos con el morlaco más grande de la plaza. Yo iba vestida de espartana, laUrsu de amazona, San Isidoro de torero y Anacleta de Catwoman, e íbamos a arrasar... Cuando me senté en el aula, y me dieron el examen, me dieron los tres infartos juntos. No es que el examen fuera difícil, qué va. ¡Es que no tenía idea de qué iba! Pero como soy una mujer de recursos, además de cabrearme mucho -pero mucho-, empecé con las que sabía. Tres preguntas que sabía. Tres, de un total de ciento veinte (no os riáis, canallas) Luego, con las que me sonaban. Pongamos unas diez. Y después... me lié la manta al cuello y me arriesgué: seduje a un tío del tribunal. ¡Que noooooooooooooo! (es que eran feos hasta decir basta, por cierto) Lo que hice fue utilizar el infalible método del chiste del pato.

*Chiste del pato: Un tío tiene una granja de patos y quiere pillar uno para cenar. Mira entre los patos que tiene, hasta que uno hace: "Cuá, cuá". Y el tío dice: "¿Cuá...? ¡Pues tú mismo!"

Así que me inflé a contar mil veces "una mosca puñetera se cagó en la carretera..." o "quién se ha tirado un pedo que huele a caramelo..." para señalar la opción afortunada en el sorteo de turno. Luego, me dio por señalar en plan "a la contraria": tres de las opciones eran prácticamente iguales, y una pegaba el cante. Pues ésa era la que señalaba.

*A todo esto, mi madre no había montado un altar en casa, con santos y velitas, qué va. Fue directamente a alquilar la iglesia sólo en mi honor, misa incluida.

Ya from lost to the river, contesté el resto a desgana. Calculé mal el tiempo, porque cuando terminé aún faltaba una hora para poder salir del aula -hasta que no terminen todos, no sale nadie vivo de ahí-. Así que me dio por mirarme las uñas -pero no repasé ni una pregunta-, por dibujar en el examen -nos lo podíamos llevar a casa-, por poner cara de aburrida por si a alguien del tribunal le daba mucha pena y me dejaba salir -no coló, malditos...-, por mirar hacia las ventanas -estaban con las persianas cerradas, así que disfruté de unas vistas ex-pec-ta-cu-la-res-...

A la hora de entregar el examen, estuve a punto de salir del aula como en el colegio: corriendo y gritando al mismo tiempo -¿no salíais así? ... qué sosos-, pero aún me tocó esperar a la gente, ya que salieron más tarde que yo -por misterios de la vida- y yo me dediqué al noble arte de fumar mientras esperaba.

Estuvimos comiendo juntos, con más gente de la carrera, y la cosa fue bastante divertida.

LaUrsu y yo nos perdimos de nuevo en coche (ahora sí: podéis reíros) Tengo que ser una pésima copilota, qué vergüenzaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! Así que cuando llegué a casa, presa ya de los nervios de haber hecho el peor examen de la historia -recordad que fue con el método del chiste del pato-, empecé a buscar como loca las respuestas...

Me faltan dos respuestas para aprobar. Tengo unas veinte sin una respuesta clara -imagináos el examen-. El resto, mal. Así que confiemos que, entre esas veinte, salgan las dos que me faltan para engrosar la lista de aprobados.

Me da vergüenza decir cuál fue mi método, pero es así. Me cabreé mucho al no saber ni una de las preguntas que hacían, y me daba vergüenza haber estado varios años preparándome este examen, que hice como si no hubiera estado estudiando.

Pero por lo que veo, no ha salido tan mal. Lo de "pito pito gorgorito" a veces funciona y todo. Pero mira, esto tiene que ser como en el amor y en la guerra: todo vale. Y si la dicha es buena...

Ahora sí: he terminado de opositar de momento -toca esperar algo interesante-. Pero mientras, me dedicaré a mi inglés, a mi inglés, y sólo a mi inglés. Bueno, y a buscar trabajo, claro... Pero eso... será otra historia.

Ps: I go to bed. I´m marvellous, I know it.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eufraaaaaaa!!! Cuánto tiempo!
Con 2 respuestillas más acertadas, apruebas? Seguro que aciertas más de 2, mujer de poca fe!!!
Magustao eso de "una mosca puñetera se cagó en la carretera...."
Ale! Un besito!

Zoe dijo...

Mujé, acertar 2 entre 20 es un 10%... seguro que lo consigues.

Imagino que después de todo esto, de haberlo hecho de forma tan desastrosa, y ya saber que solo necesitas un 10% de tus dudas, suspender sería una desilusión...
(qué malvada yo!)

Siempre pasa, lo das todo por perdido y no duele tanto, luego te das cuenta de que lo puedes rozar con los dedos y si no llegas es cuando es frustrante.

Suerte!